
sábado 06 de diciembre de 2025
Basado en Viajes Reales (2025) articula relatos breves y tecnología aplicada a la puesta en escena para situar al espectador dentro de experiencias que cualquier pasajero podría reconocer: conversaciones que surgen sin aviso, silencios significativos y desvíos que abren pequeñas historias en medio de la ciudad.
Los primeros cinco episodios transcurren dentro de un auto conducido por Boy Olmi. Su figura organiza un dispositivo centrado en la observación: recibe a cada pasajero, acompaña su trayecto y permite que la ficción se arme a partir de gestos y miradas que emergen en ese espacio reducido. La variedad de tonos —del policial al drama, de la comedia a la ciencia ficción— no busca unificar estilos sino trazar un recorrido posible por los vínculos que se activan durante el viaje. El interior del vehículo funciona como estudio y, al mismo tiempo, como punto de cruce donde conviven historias que nunca se repiten igual.
Los dos capítulos finales trasladan ese concepto a una moto, donde el desplazamiento adquiere otro ritmo. Mica Riera y Julián Doregger encaran un relato vinculado al encuentro desde la velocidad y el cuerpo expuesto al movimiento; Tatu Glikman retoma la tradición del cuento navideño en clave urbana. La moto introduce un dinamismo que altera la percepción del viaje y modifica el registro de las escenas.
El elenco —Leonora Balcarce, Esteban Menis, Lula Mangone, Toto Rovito, Eugenia Guerty, Gabo Correa, Matías Milanese, Maite Aguilar, Lautaro Bakir y Facundo Díaz— conforma un mapa de presencias que remite al flujo real de una ciudad diversa. Cada intervención aparece como interrupción momentánea que abre una ventana hacia otra vida antes de volver a cerrar el trayecto.
Más que un compilado de episodios cortos, Basado en Viajes Reales propone mirar la ciudad desde su movimiento constante. La serie observa lo que ocurre en los márgenes de cada recorrido y sugiere que un encuentro fortuito puede alterar la rutina. En un contexto de producción ajustada, la propuesta demuestra que la ficción puede sostenerse desde formatos ágiles y narrativas que dialogan con el presente sin perder espacio para la experimentación.








