El pueblo a dos horas de Madrid perfecto para desconectar: iglesias medievales y el hotel soñado para amantes del golf

Aunque el calendario diga que todavía quedan algunas semanas para dar la bienvenida oficial al invierno, las bajas temperaturas anuncian que esta estación ya está aquí. Con él, llegan momentos tan esperados para aquellos que buscan cualquier excusa para hacer una escapada como el puente de diciembre o Navidad. Sin embargo, nunca es tarde para ir abriendo boca con viajes express cerca de casa que ayuden a escapar durante un par de días de la rutina y, de paso, disfrutar de parajes idílicos y rurales que demuestran que el frío también puede ser bello.

Uno de esos destinos ideales para hacer la espera hasta las vacaciones más amigable lo encontramos a poco más de dos horas de Madrid, concretamente, en la provincia de Ciudad Real. Se trata de un pueblo donde lo tradicional se entremezcla con un paisaje precioso que deja al descubierto las bondades de Castilla La Mancha, especialmente en esta época del año en la que el entorno acompaña al clima para crear una estampa bucólica que, además, puedes disfrutar desde el alojamiento que atrae fin de semana tras fin de semana huéspedes que buscan la desconexión y el descanso absoluto o que quieren disfrutar con calma de la práctica del golf.

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El pueblo en cuestión es Torrenueva, un municipio que pertenece al histórico Campo de Montiel, un terreno que perteneció a la Orden de Santiago desde la Edad Media hasta el siglo XIX, y que destaca por los colores de sus paisajes que van cambiando según la época del año creando una esencia única en la región. El momento de máximo esplendor de Torrenueva se remonta al medievo y está especialmente vinculado con esta Orden de Santiago. De esta época quedan en herencia muchos de los edificios que merece la pena acercarse a conocer si se visita el pueblo.

Las joyas patrimoniales que tienes que visitar en Torrenueva

Una de las visitas ineludibles en Torrenueva es su iglesia parroquial de Santiago el Mayor. Esta construcción en gótico isabelino data del siglo XVI y es uno de los mejores ejemplos de arquitectura religiosa en la región. Se tiene constancia de que ya existió previamente una iglesia dedicada al apóstol, pero que con el crecimiento de la población en la villa, tuvieron la necesidad de ampliar el templo y embellecerlo. Hoy destaca en él sus portadas con una decoración inusual para la época, pero que general un contraste con la sobriedad de los muros de gran valor artístico.

Otro de los edificios religiosos más importantes de este pueblo es su ermita de San Antón, un edificio mucho más modesto pero con gran valor histórico y patrimonial. Según narra la historia, esta ermita estuvo dedicada en sus inicios, ubicados también en el siglo XVI, a San Sebastián. Sin embargo, con el paso de los años la devoción a este santo fue cayendo y los locales empezaron a mostrar su simpatía por San Antón, a quien finalmente dedicaron esta ermita en el siglo XVIII.

Mención especial merece la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza, ubicada al norte del pueblo entre olivares y viñas. Es una de las manifestaciones arquitectónicas más espectaculares de Torrenueva gracias, en parte, al lugar donde se encuentra, pero también a la singular belleza arquitectónica de la que presume. Su origen se remonta al siglo XVI y cuenta en su interior con bellísimas pinturas del siglo XVIII, pero parte de su riqueza patrimonial radica también en los restos romanos que pueden encontrarse a su alrededor y que hacen de este lugar uno de los más valiosos a nivel histórico que, sin duda, te ayudará a conocer mucho mejor la identidad de este pueblo.

El hotel de cinco estrellas donde puedes alojarte en Torrenueva

Pero el encanto de Torrenueva no radica solo en su patrimonio. Uno de los mayores atractivos turísticos de este pueblo de Ciudad Real es el hotel La Caminera, el lugar perfecto no solo para alojarse, también para disfrutar en plenitud de la belleza del entorno natural que rodea este pueblo mientras disfrutas de unos días de relax, buena gastronomía local y, si te gusta este deporte, del campo de golf perfecto para divertirte con su práctica.

Esa sensación de desconexión empieza cuando te acercas al hotel, convertido en Club de Campo. Los caminos estrechos que van indicando la llegada hacia este hotel están blindados por campos manchegos que te harán enamorarte de la singular belleza de este entorno y que podrás admirar con mayor detenimiento cuando llegues a lo alto de la colina donde se encuentra el propio hotel.

Una vez dentro de La Caminera, te verás envuelto en un ambiente de lo más especial que combina lo rústico con un toque de lujo y exclusividad que te hará sentirte parte de algo especial sin descuidar en absoluto la comodidad y la sensación de descanso similar a estar en casa. Sus habitaciones están pensadas para brindarte una sensación completa de calma y confort dentro de este clima que va en consonancia con el paisaje y con las necesidades de los huéspedes.

Pero La Caminera no solo te ofrece una estancia idílica en la que alojarte en tu visita a Torrenueva (o a cualquier pueblo cercano de la región), dentro del propio hotel también podrás disfrutar de multitud de actividades apta para todos los gustos. La favorita de la mayoría de los huéspedes es, sin duda, su Elaiwa Spa, que cuenta con todas las facilidades para salir completamente renovado de la experiencia: circuito de cascada, jacuzzi, sauna y una amplia oferta de tratamientos que tienen al olivo como protagonista.

Junto a su spa, otro de los grandes atractivos de La Caminera es su club de golf instalado en plena naturaleza y que le suma un atractivo original a tus escapadas de fin de semana. Cuenta con un total de nueve hoyos rodeados de olivos – los protagonistas indiscutibles de la estampa que se puede apreciar desde del hotel – perfectos para el deleite de los expertos y el inicio de aquellos que quieran aprovechar la oportunidad para iniciarse en su práctica.

Para poner el broche de oro a la experiencia en Torrenueva y en La Caminera, nada como disfrutar de gastronomía local de calidad y con el sabor que mejor representa la región. En el propio hotel cuentan con un restaurante cuya calidad y servicio es inmejorable, con mención especial para su oferta de vinos, carnes y postres perfectos para darte un capricho. Además, aquí mismo se encuentra también Retama, el restaurante que cuenta con una estrella Michelín y dos soles Repsol donde los productos locales se convierten en platos suculentos que merece la pena probar.

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