El 14 de noviembre, Andrés Calamaro volvió a Córdoba y metió un Plaza de la Música
explotado, sin un solo lugar libre. Con el Tour Agenda 2025 bajo el brazo, salió a escena
con esa mezcla de soltura, oficio y personalidad que lo siguen poniendo en la primera línea del rock en español.
Desde el arranque mostró que venía con ganas. Se plantó firme, cómodo, disfrutando el escenario y repasando distintos momentos de su carrera con la naturalidad de alguien que conoce cada rincón de sus propias canciones. Nada forzado, nada exagerado: Calamaro haciendo lo que mejor sabe hacer.
La puesta acompañó sin robar protagonismo. Buen sonido, visuales claras y una banda afilada que lo siguió en cada giro. Todo ordenado, sin estridencias, dejando que la música fuera la que llevara el peso de la noche.
Fue un show directo, cálido y sin vueltas, de esos que salen redondos porque el artista está conectado y en un gran momento. Córdoba lo recibió con todo, y Calamaro devolvió una presentación sólida, generosa y con el sello que lo mantiene vigente hace décadas.
Una parada más del Agenda 2025 que dejó a la Plaza de la Música hablando del mismo resumen: Calamaro la rompió.








