Tamara Vila


Tamara Vila


La postura de la oruga es una versión Yin Yoga de la flexión hacia adelante sentada. Es fantástica para el abdomen y la columna vertebral, pero también trabaja los tejidos más profundos del cuerpo y, en particular, los tejidos profundos del abdomen y la espalda, ayudándote a liberar tensión y desintoxicarte. Una asana maravillosa a los 50 y más.

Puede ayudarte usar la simbología de la oruga en la práctica. Una oruga es una criatura humilde y sencilla que está a punto de transformarse en mariposa, lo que puede animarte a reflexionar sobre ti misma, a aceptarte tal como eres, pero también a reconocer que estás atravesando una transformación.

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Tanto física como mentalmente, obtendrás los mejores beneficios al entregarte por completo a la postura. También puedes cuidar tu respiración y tus pensamientos para aquietar la mente. Deja que la gravedad trabaje sobre tu cuerpo. Al mantener la postura, profundizarás el estiramiento de forma natural sin necesidad de forzarlo.

La postura de la oruga es una asana adorable y sencilla que puedes hacer después del trabajo o si deseas prepararte para la meditación. Te ayudará a liberar la tensión del cuerpo, tranquilizar tu mente y reflexionar sobre ti misma. Por sus poderes sanadores y sosegantes, es ideal para hacerla a los 50.

Cómo hacer la postura de la oruga de yoga

Para empezar con la postura de la oruga, siéntate en tu esterilla de yoga con las piernas estiradas frente a ti. Tómate un momento para calmar tus pensamientos y ser consciente de tu respiración. Empieza a mover el torso hacia adelante, siéntete libre de curvarlo lo que necesites. También puedes flexionar las rodillas para sujetar el torso.

Relaja el cuerpo poco a poco y mantén la postura todo el tiempo que desees. Intenta aguantar durante al menos 3 minutos y procura permanecer lo más quieta posible. Recuerda los tres principios del Yin Yoga al practicar esta postura: permanecer quieta, llegar al límite y mantener la postura.

Flexiona las piernas tanto como necesites o elévalas si el estiramiento de los isquiotibiales es demasiado exigentes para ti. No deberías sentir dolor. Puedes curvar la columna; de hecho, se recomienda hacerlo, excepto si tienes problemas lumbares que impidan la flexión. En este caso, mantén la espalda recta. Si sientes tensión en las rodillas, activa los cuádriceps de vez en cuando; esto podría ayudarte a relajarte.


Mujer practicando yoga al aire libre.


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Puedes elegir la posición de brazos que prefieras: posarlos sobre los muslos o en el suelo. Tradicionalmente, debes mantenerte inmóvil entre tres y cinco minutos. Sin embargo, es un tipo de práctica en la que es especialmente importante escucharte a ti misma, así que siéntete libre de acortarla o mantenerla más tiempo.

Beneficios de la postura de la oruga a los 50

La postura de la oruga tiene un buen montón de beneficios que son especialmente útiles a los 50 y en adelante. Por ejemplo, estira la columna vertebral y los isquiotibiales, aumentando la flexibilidad y agilidad. Además, estimula los riñones, las glándulas suprarrenales y los meridianos de la vejiga urinaria, mejorando la salud y el funcionamiento de estos órganos.

Otra de sus virtudes es que masajea los órganos para la digestión, ayudando al metabolismo y el efecto détox. Igualmente, trabaja los tejidos más profundos del torso y las piernas, liberando tensiones y bloqueos, y puede ser excelente si sientes tensión en el cuello, la espalda, los hombros o las caderas.

La postura de la oruga tiene un profundo efecto calmante y relajante, por lo que es fantástica para hacer a los 50 al llegar a casa después de una agotadora jornada de trabajo. Relaja el sistema nervioso parasimpático, ayudando con problemas relacionados con traumas, como insomnio, ansiedad, estrés o falta de autoestima.

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