

Lionel Messi sorprendió a propios y extraños este lunes por la mañana al publicar un posteo en Instagram en el que abrió la puerta de un posible regreso a Barcelona. Lo hizo con un mensaje que acompaña una serie de fotos en los que se ve en una visita ¿secreta? al Camp Nou, el estadio donde brilló durante dos décadas y que actualmente se encuentra en plena remodelación.
«Anoche volví a un lugar que extraño con el alma. Un lugar donde fui inmensamente feliz, donde ustedes me hicieron sentir mil veces la persona más feliz del mundo. Ojalá algún día pueda volver, y no solo para despedirme como jugador, como nunca pude hacerlo… 💙❤️», escribió Leo en la red social en la que tiene más de 507 millones de seguidores. Una hora después, el mensaje tenía casi 1,4 millones de likes y miles de comentarios. Una bomba.
A Messi se lo ve completamente solo en las imágenes. No se ven a su alrededor dirigentes del club catalán ni gente de su entorno. ¿Cómo entró? ¿Habrá ido a golpear la puerta del estadio y se la abrieron? No sólo lo logró. También le encendieron toda la luminaria para que volviera a pisar el césped donde dibujó sus mejores gambetas y gritó la mayoría de sus goles y vea con claridad el lento avance de las refacciones. Algo lógico. El Camp Nou fue su casa durante la mayor parte de su vida. Un rato después, para confirmar que no había nada armado, desde el Barcelona hicieron un posteo. «Siempre bienvenido a tu casa, Leo». Y reprodujeron una de las imágenes que había posteado antes el astro argentino.
Messi, que venía de anotar dos goles y entregar una asistencia el sábado con Inter Miami en el 4-0 a Nashville SC que rubricó el avance a las semifinales de conferencia en los playoffs de la MLS, viajó en las últimas horas a España para sumarse a los entrenamientos de la Selección Argentina, que hace base en Alicante para jugar el amistoso de este viernes contra Angola, en Luanda, y realizar, después de que se cayera el partido en India, una miniconcentración bajo el mando de Lionel Scaloni aprovechando la última fecha FIFA de 2025 y pensando en un 2026 que tiene al Mundial XL de Estados Unidos, México y Canadá remarcado en el calendario.
El capitán campeón del mundo en Qatar 2022 acaba de firmar la renovación de su contrato con la franquicia de la Florida hasta 2028. Ese nuevo vínculo lo ata hasta los 41 años con el soccer. Sin embargo, hay antecedentes de futbolistas que, ayudados por el fixture de la MLS -se juega de febrero a noviembre-, fueron cedidos a préstamo a clubes de Europa durante el invierno boreal. Es el caso, nada menos, de David Beckham, uno de los patrones de Messi en Inter Miami, quien tuvo una experiencia en Milan de Italia y en Paris Saint-Germain mientras su ficha pertenecía a Los Ángeles Galaxy.
¿Es sencillo que Messi y Barcelona se vuelvan a juntar? Ahí, más allá de las cuestiones contractuales y del deseo manifiesto del jugador que quedó en evidencia en el posteo en Instagram de este lunes, aparece como condicionante la figura de Joan Laporta, el presidente del club catalán, con quien la relación no quedó del todo bien luego de su traumática salida en 2021.
Es que Leo, que había apoyado públicamente al dirigente para que volviera a ser elegido como mandamás culé, se sintió defraudado por Laporta, dado que interpretó que no hizo todo lo que debía hacer para lograr que permaneciera en la institución después de haberle prometido que todo se iba a solucionar y se armaría una ingeniería financiera para que terminara su carrera vestido de blaugrana.
Este mensaje de la leyenda del Barça se produjo tres días después del entrenamiento a puertas abiertas que el primer equipo azulgrana realizó en el Camp Nou. Tras esa sesión, Laporta había dejado abierta la puerta a un homenaje a Messi cuando el estadio esté completamente terminado, en 2026. «Sería una bonita forma de inaugurar el estadio con 105.000 espectadores. Dependerá de que él quiera, pero me encantaría hacerlo si sigo como presidente», dijo el dirigente azulgrana. ¿Hasta cuándo tiene mandato? Hasta mediados de 2026.
Fue una imagen que dio la vuelta al mundo: Messi, entre lágrimas y totalmente conmovido, frente a un auditorio repleto de periodistas, compañeros y dirigentes del Barcelona. Era agosto de 2021 y, por primera vez en más de dos décadas, el mejor jugador de la historia del club se despedía sin haberlo planeado. La historia que había comenzado cuando un adolescente rosarino llegaba con la ilusión de triunfar en Europa terminaba, de manera abrupta, por una cuestión ajena al fútbol.
Barcelona, golpeado por una grave crisis económica y limitado por las normas del fair play financiero de LaLiga, no pudo renovarle el contrato a su máxima figura de la historia. Ni las ganas de Messi alcanzaron para evitar lo inevitable. “Hice todo lo posible por quedarme”, dijo con la voz quebrada apuntando sin apuntar a Joan Laporta, el presidente del club catalán, quien le había dado a entender que la continuidad podía ser posible. La despedida fue un golpe duro para los hinchas culés y también para los argentinos que durante años lo vieron brillar con la camiseta blaugrana. Se cerraba una era dorada: 34 títulos, más de 700 goles y una huella imborrable.
Poco después, Messi encontró un nuevo destino en PSG, donde se reencontró con el brasileño Neymar, uno de sus grandes socios en el Barsa, y compartió vestuario con Kylian Mbappé. En la capital francesa vivió momentos de adaptación, críticas y flashes, pero también nuevas conquistas. Y mientras el mundo discutía su rendimiento, Leo se guardaba el capítulo más grande de su carrera para la Selección: el 18 de diciembre de 2022, en el ya legendario Lusail Stadium, levantó la Copa del Mundo en Qatar, cumpliendo el sueño que lo consagró definitivamente como leyenda.
Ya en 2023, con su contrato finalizado en Francia, Messi eligió un camino distinto. Rechazó ofertas millonarias de Europa y Arabia Saudita para firmar con el Inter Miami, en la MLS. Su llegada revolucionó el fútbol estadounidense y atrajo a multitudes a los estadios. Con su sola presencia -acompañado por Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba-, el club rosa consiguió su primer título —la Leagues Cup— y el argentino volvió a sonreír dentro de la cancha.








