
En las múltiples intervenciones judiciales en Córdoba sobre el uruguayo Pablo Laurta, hay varios datos llamativos. Cuando estuvo detenido, el año pasado, por violar la orden de restricción de acercamiento a Luna Giardina, su expareja, la pericia psicológica y psiquiátrica que se le practicó indicó que “comprendía la criminalidad del hecho y no revestía peligrosidad ni factores de orden psicopatológicos o psiquiátricos de gravedad”. A la luz de un derrotero trágico, la afirmación luce más que reducida.
El dato fue confirmado a Perfil CÓRDOBA por Iván Vocos, secretario de la Fiscalía de Instrucción del Distrito IV Turno 6, a cargo de Jorgelina Gutiez. El funcionario precisó que Pablo Laurta fue imputado por desobediencia a la autoridad debido a que no cumplió la orden de restricción de acercamiento que le impuso un Juzgado de Violencia Familiar. Por ese hecho fue aprehendido el 9 de enero del año pasado y una semana más tarde se dictó su detención.
El 25 del mismo mes fue indagado y finalmente, el 8 de febrero recuperó la libertad. Estuvo preso durante un mes. Fue en ese marco, en el que se ordenó la pericia psicológica y psiquiátrica que reveló que comprendía la criminalidad de sus actos, era imputable, pero al mismo tiempo que no tenía rasgos que permitiesen deducir que era una persona peligrosa y que podría atacar brutalmente, como terminó ocurriendo el sábado pasado cuando mató a quemarropa a Luna, su expareja, y a su exsuegra, Mariel Zamudio, don dos disparos en la cabeza.
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Primera denuncia: quiénes actuaron
Luna denunció a Laurta en octubre de 2023, cuando se interrumpió la convivencia que transcurrió por unos meses en Uruguay y luego se fue alternando en el tiempo entre aquel país y la ciudad de Córdoba.
La joven amplió a los pocos días su declaración y allí planteó su sospecha de que Laurta circulaba con armas de fuego.
Desde el primer momento intervino la jueza de Violencia Familiar, Victoria Jalil, quien aplicó la perimetral y otorgó a la joven -hoy víctima de femicidio- un botón antipánico. La magistrada también ordenó que le colocaran una tobillera electrónica, apenas él recuperó la libertad en febrero del año pasado.
El dispositivo es posible instalarlo mientras el agresor está en Argentina. Una medida de esa naturaleza no rige en otros países. Laurta se había ido a Uruguay. Por ese motivo, Jalil libró oficios a Migraciones en cinco oportunidades. Pidió que le informen, apenas ingrese a nuestro país para trasladarlo de inmediato al Polo de la Mujer, donde le colocarían la tobillera. En el mismo oficio, Jalil prohibió que Laurta ingresara con armas porque ya había sido detectado previamente en un control migratorio.
Hay sospechas de que, por esa razón, evitó el control migratorio ingresando a Argentina en avioneta o por canales ilegales. Por eso nunca le pudieron colocar la tobillera. Es otro dato llamativo que evidencia su personalidad fría y calculadora.
Desde octubre de 2023 hasta el sábado en que Laurta perpetró el doble femicidio de Luna y Mariel, las medidas de restricción y el botón antipánico estuvieron siempre vigentes.
La jueza Jalil aclaró a Perfil CÓRDOBA, que cuando una medida de protección se vence un día inhábil automáticamente se extiende hasta el día hábil posterior. Es decir que el viernes pasado, seguía vigente y de hecho, la Policía recibió el alerta del botón desactivado por falta de batería.
Le quiso quitar la casa a Luna y Mariel
Mientras la relación de pareja pasaba su mejor momento, Pablo Laurta ofreció comprarle la casa a Mariel Zamudio. A raíz de deudas contraídas, la vivienda estaba a punto de ser rematada. Para “salvarla” él puso el dinero.
Cuando el vínculo con Luna entró en crisis, Laurta fue al Juzgado de Familia de 1° Nominación, a cargo de Belén Mignon, para pedir la restitución de la vivienda. La jueza rechazó la solicitud porque esa vivienda era el centro de vida del hijo. En el mismo fallo, Mignón le asignó la casa a Luna hasta que P. cumpliera los 18 años.
Quiso llevar al hijo a Uruguay
De ahí en más, entabló otra batalla legal. Se presentó en el Juzgado de Familia 2, a cargo de Gabriel Tavip, para solicitar la “restitución internacional” del pequeño.
El juez le denegó el pedido tras analizar una cuestión dirimente: el ámbito de vida del niño era la ciudad de Córdoba. Acá tenía su pediatra, concurría al jardín, tenía su psicopedagoga. Laurta apeló el fallo y el Tribunal Superior de Justicia confirmó la decisión de Tavip en junio de este año.
Esas definiciones fueron traducidas por Laurta en sus perfiles y redes sociales como fallos de una “justicia machista”. En realidad, los argumentos que ofrecieron todos los jueces y fiscales que intervinieron fueron contundentes. El hombre no tuvo razón en ninguno de los planteos.
El niño P. ya se encuentra en Córdoba
La víctima central de este derrotero de violencia extrema es P. Hoy cumple seis años. Ayer fue trasladado por especialistas desde Gualeguaychú, donde detuvieron a Laurta, hasta San Francisco. Allí se concretó la entrega a personal de Senaf de Córdoba, que lo trasladó a nuestra ciudad.
Hoy está a cargo de una familia provisoria, vecina y amiga de Mariel, la abuela asesinada por Laurta. Y también comparte espacios con su maestra. En ese ámbito le prepararon una fiesta de cumpleaños.
Es una incógnita qué decodifica el niño de lo que ha vivido. Estuvo en el escenario donde asesinó a su madre y su abuela; y presenció el momento en el que el padre fue detenido. Además, está reencontrándose con su familia ampliada, una tía que vive en Chile y una tía abuela que reside en Buenos Aires.
¿También asesinó al chofer Martín Palacio?
Una fiscalía de Entre Ríos procura identificar un cuerpo desmembrado que se encontró ayer en las afueras de Concordia. Todo parece indicar que se trataría de Martín Palacio, el chofer contratado por Pablo Laurta para traerlo desde desa provincia a Córdoba la semana pasada.
La billetera del conductor apareció en el bolso que se secuestró a Laurta en la habitación del hotel Berlín de Gualeguaychú donde fue detenido.
La desaparición de Palacio fue denunciada por su familia el jueves último. Se estima que fue cuando viajó a Concordia a buscar al doble femicida. Si se comprueba que el cuerpo hallado pertenece a él, la investigación quedará radicada en la provincia litoraleña y podría agravarse aún más la situación de Laurta ante la posible imputación de un tercer crimen.
Es otro dato llamativo: la secuencia cronológica de las últimas horas dan cuenta del perfil psicopágico del agresor ¿Cómo pudo Laurta asesinar a una persona, desmembrar su cuerpo y manejar más de 600 kilómetros hasta llegar a Córdoba para concretar su objetivo: matar a su expareja y a su exsuegra e intentar huir con el hijo?