
A sólo dos meses y medio del final del año, el tenis todavía tienen mucho por definir. Entre los hombres, por ejemplo, aún deberán jugarse el Masters 1000 de París, las ATP Finals de Turín y la Copa Davis que tendrá sus finales en Bolonia con la participación de Argentina; entre las mujeres falta el Masters de Riad. Y cuando todo eso suceda, ya la temporada 2026 comenzará, como es tradicional, del otro lado del mundo. La gira oceánica que tendrá su clímax en Australia, el primer Grand Slam de la temporada, está a la vuelta de la esquina. Y también sus canchas de cemento.
Por eso se celebran dos noticias que se oficializaron en las últimas horas: las finales de los Interclubes y un atractivo torneo de exhibición se jugarán sobre esa superficie para que los tenistas argentinos (fundamentalmente) y de la región viajen a fin de año con algo más que entrenamientos en su preparación.
La Asociación Argentina de Tenis dispuso que los Interclubes de Primera terminen del 8 al 14 de diciembre en las canchas duras del Círculo de la Fuerza Aérea Argentina de Vicente López. Y al menos en el flyer del anuncio aparecen nombres como los de Francisco Cerúndolo, Tomás Etcheverry, María Lourdes Carlé y Julia Riera.
Luego, del 16 al 20, nada menos que la cancha central del Buenos Aires cambiará su tradicional polvo de ladrillo por el cemento para que allí se juegue Road to Australia, un torneo para el que ya confirmaron su participación Sebastián Báez, Camilo Ugo Carabelli, Etcheverry, Francisco Comesaña, Juan Manuel Cerúndolo, los chilenos Cristián Garín y Tomás Barrios, el boliviano Hugo Dellien, Carlé y Riera.
Los organizadores descuentan que Francisco Cerúndolo dará el presente y el manager de Joao Fonseca ya respondió que al brasileño le interesa la propuesta porque para esa semana tiene previsto estar en su país; así, se espera su pronta y positiva respuesta. En tanto, el chileno Nicolás Jarry acaba de ser padre por tercera vez y todavía no se definió y quienes ya dijeron que no son la brasileña Beatriz Haddad y la colombiana Camila Osorio.
El concepto de la competencia será más o menos similar al que en un momento (entre 2003 y 2012) se hizo con la Copa Peugeot, cuando también el Buenos Aires cambió el piso anaranjado por una cancha celeste. Aquella exhibición, que llegó a repartir 250 mil dólares en premios, la ganaron Cañas, Gaudio, Nalbandian, Mónaco, el chipriota Baghdatis y el español Almagro. Esta que se viene tendrá cuatro zonas que se jugarán en las dos primeras jornadas, el viernes serán las semifinales con partidos al mejor de tres sets pero con una definición con un súper tiebreak en el tercero y el sábado se jugarán las finales al mejor de tres parciales.
El tenis del mundo no se detiene y el tenis argentino intenta seguir esa tendencia global. Con mucho menos dinero, claro, pero con algunas ideas renovadoras para que el cambio no sea tan brusco y la adaptación no se sufra tanto.