Sara Flamenco

Esta vida va demasiado rápido. Tenemos que dar el máximo en nuestro trabajo, en nuestra vida familiar, seguir quedando con nuestros amigos, hacer ejercicio a diario, comer bien, no descuidar el ámbito cultural… Y para intentar llegar a todo, vamos corriendo como pollo sin cabeza en busca de la nueva obligación que tenemos que cumplir para llevar lo que se supone que es una vida plena. ¿Resultado? No llegamos a todo, nos sentimos frustradas y, además, nos tiramos el día con la lengua afuera.

Si sigues con este ritmo de vida durante un largo periodo de tiempo, lo más normal es que aparezcan síntomas de estrés o ansiedad. Y no es para menos, ya que nos tomamos la vida como una carrera de velocidad en la que tenemos que alcanzar hito tras hito para conseguir se feliz. Como si la felicidad fuese eso.

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El síndrome de la vida ocupada, un mal de nuestro tiempo

En relación a todo esto, la psicóloga Carolina Romero ha llamado la atención desde sus redes sociales sobre una condición que cada vez afecta a más personas. Se trata de un trastorno que surge como consecuencia de todo lo mencionado anteriormente, y puede tener serias consecuencias para tu día a día, provocando, entre otras cosas, que tu bienestar desaparezca. Y eso es lo que nunca debe faltar.

«Es una condición cada vez más común en nuestra sociedad acelerada, donde el tiempo para uno mismo se vuelve un lujo raro. Se caracteriza por la necesidad de estar siempre haciendo algo, lo que puede llevar a ansiedad, problemas de sueño y hasta dificultades en las relaciones personales», explica la experta. ¿Te suena? ¿Eres de esas personas que sienten que han perdido el día si no ha sido productiva? Pues entonces sufres el síndrome de la vida ocupada.

Según cuenta Romero, las personas que sufren este síndrome sienten que nunca tienen tiempo suficiente para nada, lo que les lleva a una dificultad extrema para relajarse o desconectar. Como consecuencia de todo esto, aparece una sensación de estrés constante que te lleva a dejar de disfrutar de la vida. Olvidas fechas importantes o compromisos y sientes que tu día a día es una lista interminable de tareas.

Cómo manejar el síndrome de la vida ocupada

1. Prioriza: «No todo es urgente. Aprende a decir no y enfócate en lo que realmente importa», comienza aconsejando la experta. Sí, nos gustaría llegar a todo, pero a veces es imposible. Para no acabar sepultada entre millones de tareas que tú misma te obligas a realizar, lo mejor es que te sientes un momento y las pongas por orden de importancia. Seguro que no todo lo que quieres hacer es tan importante.

2. Agenda tiempo para ti: «Bloquea momentos en tu agenda para descansar o hacer lo que te gusta», continúa. Esto va enlazado con el punto anterior, porque seguro que si te pones a priorizar, pones en último lugar todo lo que tiene que ver contigo. Error. Es importante sacar tiempo para ti porque si la vida se compone sólo de obligaciones, todo acaba perdiendo el sentido.

3. Desconecta: «Intenta reducir el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales en tus momentos libres», recomienda Carolina Romero. Es difícil, lo sabemos. Pero a veces entramos en una red social, empezamos a ver vídeos sin sentido y una hora y media después, te das cuenta de que has perdido el tiempo miserablemente.

4. Practica mindfulness: «Dedica unos minutos al día a meditar o simplemente a estar presente en el momento», sugiere la experta. No creas que es una moda de los nuevos tiempos. El mindfulness, los ejercicios de respiración consciente, el yoga y la meditación, pueden ayudarte muchísimo a bajar las revoluciones y afrontar el siguiente paso mucho mejor. Pruébalo y nos lo agradecerás.

5. Busca apoyo: «Habla con un terapeuta o un profesional de la salud mental si sientes que la carga es demasiado pesada», termina. Y es que no siempre es fácil hacer las cosas por ti misma. No te culpabilices y, si lo necesitas, pide ayuda. El objetivo es descargarte de obligaciones absurdas y ser más feliz.

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