Las papaya rules, ese reglamento para una batalla pacífica que puso en práctica McLaren este año, están a punto de convertir al equipo inglés en el bicampeón de la Fórmula 1, ocho fechas antes del final de una temporada que tuvo cuatro ganadores distintos, aunque solo en cuatro de las 16 carreras disputadas el primer lugar del podio no estuvo teñido de naranja, lo que permitió esa distancia arrolladora en el Campeonato de Constructores que este fin de semana puede tener un ganador en el callejero de Bakú.

Con 617 puntos, el campeón en 2024 puede volver a coronarse este domingo cuando culmine el Gran Premio de Azerbaiyán, la tierra donde Franco Colapinto se convirtió en el primer argentino después de 42 años en sumar puntos en el Gran Circo. La chance matemática existe luego de haberle saco 337 puntos a su máximo perseguidor, Ferrari, 357 a Mercedes y x 378 a Red Bull, el equipo que mantiene el récord de más unidades obtenidas para ganar un Mundial desde aquellos 860 de 2023, cuando la escudería austríaca se impuso en 21 de los 22 grandes premios -en 19 de ellos con Max Verstappen-, con 451 de ventaja sobre Mercedes.

Aunque en aquel Red Bull había una premisa clara: Sergio Pérez era apenas un escudero del neerlandés, designado a ser el campeón una y otra vez por su eximio manejo y esa misma voracidad con la que obtuvo su primera corona en esa batalla para la historia con Lewis Hamilton, tan recordada también porque fue la última.

Las veces que Oscar Piastri, el líder actual con 324 puntos, intentó pelear con Lando Norris, su escolta a 31, en la pista, una alerta en la radio se prendió. La orden de equipo más reciente fue, al mismo tiempo, irrisoria: la parada lenta (5.9 segundos) al inglés se tradujo en el intercambio de posiciones que obedeció el australiano. “Dijimos que un pit stop lento era parte de correr, así que realmente no entiendo qué cambio acá. Pero lo haré”, aclaró antes de dejarse pasar en el Gran Premio de Italia. “¿Fue porque tuvieron una parada lenta?», preguntó el tetracampeon a punto de perder el trono con alguno de ellos, no sin antes soltar una carcajada.

Esa decisión le permitió a Norris ser segundo y recortarle tres puntos a su compañero de equipo, que quedó tercero. Aunque quizás lo que se ahorró McLaren fue un problema a futuro o -incluso- en Monza, como le había pasado en Canadá este año cuando el británico arruinó su carrera y pudo haber terminado también con la del oceánico al chocarlo mientras luchaban por la cuarta posición.

Ahora, en el mismo circuito donde el año pasado tomaron la delantera de un Mundial de Constructores que luego conseguirían por por novena vez, pero 26 años después de la última, buscarán repetirlo. Para eso, las variables son múltiples y la premisa es sacarle nueve puntos a Ferrari, 12 a Mercedes y 33 a Red Bull.

“Es un evento que todavía tiene una relevancia especial para nosotros, ya que fue la carrera en la que tomamos la delantera en el Campeonato de Constructores el año pasado y en la que Oscar consiguió una emocionante victoria. Aunque la competencia sigue siendo muy ajustada, con varios equipos peleando por los triunfos, seguimos concentrados en nuestro propio rendimiento y nos sentimos bien preparados para el fin de semana que viene”, expresó Andrea Stella, el jefe del equipo papaya, en la previa.

Aunque el ingeniero italiano quiera ponerle picante, la realidad es favorable a la consagración de McLaren. Si Piastri y Norris son 1-2 (o 1-3) en Azerbiayán, sin importar cómo le vaya a Ferrari, la escudería británica será campeona. Si, en cambio, se suben al podio pero no en el primer lugar, también ganarán el título si el vencedor no es Charles Leclerc ni Lewis Hamilton. Las otras posibilidades matemáticas serán con los McLaren 2° y 4° o 3° y 4°; en esos casos necesitarán que Mercedes no sea 1° y 3° ni 1° y 2° y Ferrari sea 5° y 6° (o peor) o no culmine 1° ni 2°, respectivamente.