
River sigue sin encontrar su mejor versión en este 2025. Sin embargo, avanza en todos los frentes. Y lo hace con Franco Armani como su gran motor. El arquero, cada vez más leyenda, fue la figura indiscutida en la victoria por penales por 4-3 ante Unión de Santa Fe que sirvió, tras el 0-0 de los 90, como pasaporte para los cuartos de final de la Copa Argentina.
El arquero, vital en los 90 minutos con un par de atajadas que disimularon algún que otro error y fundamental en la tanda desde los 12 pasos, les sacó años luz a la mayoría de sus compañeros. De hecho, a varios les costó hacer pie en el Malvinas Argentinas de Mendoza. Fue el caso de Lucas Martínez Quarta, Kevin Castaño, Enzo Pérez, Nacho Fernández y Sebastián Driussi. que quedaron en deuda.
A continuación el boletín de calificaciones de Clarín:
El Pulpo es el sostén de un River al que le cuesta hacerles daños a sus rivales. A fuerza de reflejos, con tapadas clave, evitó que Unión diera el golpe en los 90 minutos y luego se hizo gigante, otra vez, en una serie de penales. Lo había hecho ante Libertad, hace una semana, y ahora repitió en Mendoza con dos guantazos fenomenales para ahogarle el grito a Lucas Gamba y Valentín Fascendini.
Fue el encargado de liquidar el partido con su penal y fue decisivo a pesar de no haber tenido su mejor día. Es cierto que salvó un gol y que estuvo cerca de convertir en una jugada en la que todo River pidió penal.
Sigue sin poder encontrar regularidad ni su mejor versión. Lo completó con el penal que falló que podría haber liquidado la serie un ratito antes.
Otra buena presentación del chico que fue repescado de Central Córdoba de Santiago del Estero. Firme en los cruces, siempre a tiempo para cubrir las espaldas de sus compañeros, el pibe se convirtió en sinónimo de garantía para el Muñeco Gallardo.
El Huevo alternó buenas y malas. Fue clave con sus proyecciones, pero sus centros esta vez no encontraron buen destino. En defensa le costó un poquito más, más allá de que Unión no atacó tanto por su sector.
El colombiano no termina de cuajar en este River. Muy irregular e impreciso a la hora de ser salida.
El mendocino estuvo a destiempo toda la noche. Pese a tener a Castaño y Galoppo como laderos, quedó solo para la función de recuperar y, por momentos, sufrió con el mediocampo de Unión.
Intentó colaborar en la recuperación y en la salida, pero eso le quitó su principal virtud que es llegar al área rival y generar dolores de cabeza.
Arrancó muy bien, metiendo pases filtrados y siendo la manija de River. Pero su rendimiento empezó a caer con el correr de los minutos y terminó desdibujado.
Desconectado del equipo, se lo notó en otra velocidad. Tuvo una chance clara, pero tardó demasiado a la hora de buscar la definición. Raro en él. Lejos de sus mejores noches.
El ex Racing deja todo en la cancha. Ímpetu y energía al servicio del equipo, más allá de que se lo notó más impreciso que de costumbre.
El colombiano aporta pegada y clase cada vez que entra. Le falta todavía ganar en ritmo. Pero genera peligro -o al menos lo insinúa- cuando pone la pelota bajo su zurda.
Jugó el último cuarto de hora en el lugar de Galoppo. Entró poco en juego el chico.
Ocupó el lugar de Enzo Pérez y jugó de cinco clásico. Casi que no tuvo trabajo.
Ingresó por Salas para jugar los minutos finales. Tuvo una chance de gol sobre el final, pero se lo nota incómodo. No falló a la hora de ejecutar su penal.
Entró por Driussi a falta de siete minutos y generó un poco de inquietud en la defensa del Tatengue. Acertó su penal.