Ana Calvo


Ana Calvo


Este verano, las hormigas se han convertido en la peor pesadilla de las plantas de mi jardín. Y, lo reconozco, también de las mías. Sabemos que estos pequeños insectos son parte del ecosistema y que tienen su función dentro de él. Que les gustan los climas cálidos y los jardines y terrazas bonitos, sobre todo, en verano. Pero también que pueden llegar a ser tan molestas como los pulgones.

Este año, parece que da igual lo que haga, que aparecen por todas partes y no soy capaz de controlarlas. O, mejor dicho, no era capaz, porque mi madre me ha dado unos cuantos trucos caseros que, por ahora, parece que me están funcionando. ¿El primer paso para mantenerlas bajo control? Localizar la fuente del problema.

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Mi objetivo, además de controlar esta plaga que ha aparecido en el jardín, era hacerlo de la manera más responsable posible, sin dañar el medioambiente ni perjudicar a mis plantas con químicos o productos que pudieran ser tóxicos. Así que lo primero que tenía que hacer, según mi madre, era localizar los caminos que seguían y dónde estaban sus hormigueros para poder poner en práctica sus consejos de la forma más eficaz.


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Vinagre, bicarbonato o limón, los ingredientes anti hormigas de mi madre

Mi madre arregla casi todos los problemas de casa con vinagre y bicarbonato, y el de las hormigas de mi jardín no iba a ser una excepción. Ya lo hizo con las manchas del sofá y funcionó, así que tocaba hacerle caso y volver a decirle que tenía razón. En este caso, eso sí, usando estos dos ingredientes por separado.

En el caso del vinagre, basta con mezclarlo a partes iguales con agua en un pulverizador y rociarlo directamente sobre los caminos de hormigas, en las entradas del jardín, en los accesos a casa para evitar que entren, alrededor de las jardineras y bajo las macetas. La explicación de por qué funciona está en el ácido del vinagre altera las feromonas que usan las hormigas para orientarse y conseguimos que ‘se pierdan’. Además, el vinagre no es tóxico ni para mascotas ni para las plantas.

El bicarbonato es letal para las hormigas, así que las ‘engañaremos’ mezclándolo con azúcar para atraerlas hacia él. En este caso, mi madre crea pequeñas trampas con tapas de botes o, directamente, poniendo la mezcla en un cartoncito que coloca en las zonas donde suelen aparecer. Fácil, barato, eficaz y seguro con el entorno. Eso sí, tendremos que renovarlo cada pocos días.

Otro básico de la limpieza en casa como es el limón también nos va a ayudar en nuestra batalla del verano contra las hormigas. Su aroma y su acidez interrumpe los rastros de olor que siguen así que, como ocurre con el vinagre, las desorienta pero, en este caso, dejando un aroma mucho más agradable para nosotros. Para que funcione, exprimiremos el jugo y rociaremos muros, puertas, grietas o jardineras. Además, también podemos dejar las cáscaras del limón en zonas estratégicas.


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Otros trucos caseros para que desaparezcan las hormigas

Siguiendo con la pista de los buenos olores, plantas aromáticas como la menta, la lavanda o el romero son grandes aliadas, ya que actúan como repelentes naturales. Si las colocas en maceteros y las distribuyes por la terraza y el jardín, además de ser decorativas y dejar un aroma exquisito, te ayudarán a alejar a las hormigas y otros insectos de tu casa.

Además, podemos sellar con masilla las grietas y rendijas de los muros por donde puedan colarse, nos fijaremos siempre en no dejar comida ni restos orgánicos que puedan atraerlas, revisaremos que nuestras plantas no tenga pulgones (la melaza que dejan es un manjar para ellas) y, aunque este no es consejo de mi madre, hay expertos que recomiendan el uso de tierra de diatomeas para alejar a las hormigas, ya que este polvo natural compuesto por restos fósiles de algas microscópicas las deshidrata si espolvoreamos una capa fina en sus caminos o alrededor de nuestras plantas.

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