F1: La Película (F1: The Movie, 2025) surge a partir de una historia ideada por Joseph Kosinski y Ehren Kruger, guionista del largometraje. Bajo una dinámica y entretenida dirección de Kosinski, quien supo fascinar a los espectadores con Top Gun: Maverick (2022), F1: La Película sorprende gratamente y tiene algo en común con esta última: logra que el espectador sienta la adrenalina y atraviese una montaña rusa de emociones.

Lejos de intentar retratar acontecimientos históricos como las recientes y sólidas Contra lo imposible (Ford V Ferrari, 2019) y Ferrari (2023), el presente largometraje propone una atractiva ficción donde la principal competición de automovilismo es el escenario que sirve como excusa para reflexionar sobre la amistad, la experiencia, el paso del tiempo, el éxito, y por sobre todo, la pasión y vocación. 

El relato inicia en la actualidad, presentando al protagonista Sonny Hayes -interpretado por el siempre carismático y convincente Brad Pitt-, un experimentado piloto que se encuentra compitiendo en «24 horas de Daytona». Enseguida, entenderemos que Hayes no lo hace por el dinero, ni tiene compromisos a largo plazo. Es un hombre que decide vivir su vida de forma austera y nómade, circulando por el mundo según lo que la próxima carrera le depare, sin importar qué tipo de competencia sea. Mediante un gran poder de síntesis a través de los detalles, como una fotografía de su niñez junto a su padre, se comprenderá que es de él de quien ha heredado la pasión por la velocidad y los autos, y que es un adulto que se mueve según sus propias reglas.

Según los titulares Hayes, «el más grande piloto que nunca existió», era un joven prometedor de la Fórmula 1 durante los años 90 y, según avance el relato, sabremos porqué se vio frustrada su carrera profesional. Treinta años después, mientras vive aventuradamente, su ex compañero de equipo y amigo Rubén Cervantes (Javier Bardem), actual propietario de un equipo de F1 con grandes deudas económicas, le propone (por más disparatado que parezca) volver a correr en el «Campeonato Mundial de Fórmula 1». 

Tras aceptar la propuesta para saldar asuntos pendientes, inmediatamente la personalidad de Sonny -quien a pesar de ser seguro de sí mismo, es humilde frente a los mecánicos e integrantes del equipo- chocará con la del piloto principal del equipo Joshua Pearce (Damson Idris). JP, es un novato que parece ser buen deportista, pero que tiene mucho por aprender. Aunque el aprendizaje que los une, es que los dos tienen que aprender a trabajar en equipo. Los diferentes métodos y modos de ambos conductores provocarán que los problemas afloren, sumado a las presiones económicas que todos tienen por salvar a la compañía de la quiebra o su venta inminente. Mientras Hayes representa las formas de entrenamiento «old school», Pearce encarna prácticas ligadas a la tecnología y la parafernalia del marketing.

El relato y su ritmo logran mantener la intriga y atención del público en todo momento, incluso a pesar de su extensa duración. En adición, en cuanto a los efectos y las carreras, éstos resultan muy verosímiles y excitantes. Además de la excelente dirección, en parte se debe a que ha sido filmada durante fines de semana reales del Gran Premio. Y aunque F1: La Película resulta poco realista en algunas cuestiones de la trama, si uno no deja suspender algunas facultades ante la «magia del cine», resulta más que positivo el mensaje de revalorizar la experiencia y sabiduría, por sobre la juventud. Asimismo, según el filme, todo parece ser posible si uno se ha preparado toda su vida para ello con práctica y dedicación. Brad Pitt se luce una vez más interpretando a lo que podríamos denominar como «un canchero con timing«. Sin dudas, es un actor al que no solo le sientan bien los años en cuanto a su aspecto, sino que también ha evolucionado notablemente como intérprete demostrando su talento, credibilidad y versatilidad.