Este jueves, el court Philippe-Chatrier vivió un episodio extraño: Roger Federer fue acusado de hacer tiempo, se enojó y discutió con el umpire de su partido frente a Marin Cilic.

Gentil y amable, el suizo no mostró esas cualidades durante un tramo del segundo set del choque por la segunda ronda de Roland Garros. Cuando Cilic sacaba 3-1 y 40-40, recibió un warning por hacer tiempo que lo descolocó.

Cada jugador dispone de 25 segundos para sacar y suele ser sancionado cuando no lo respeta; lo que es extraño es que sea el receptor el que recibe la advertencia. Pero así lo entendió el juez de silla francés Emmanuel Joseph, cuando Federer se fue a su banco a secarse la cara con la toalla y Cilic estaba listo para sacar.

En lugar de aceptar la sanción, el suizo paró el partido, caminó hasta el juez y le pidió explicaciones. «¿Estoy jugando demasiado lento? Voy de una esquina a otra, no lo estoy haciendo a propósito “, le explicó sin gritar ni perdiendo las formas, pero sí con firmeza.

La queja se prolongó por unos cinco minutos, en los cuales el suizo preguntó si no debería haber recibido primero un aviso antes de la penalización. Además, interpeló a Cilic, que optó por no involucrarse: «¿Vos pensás que estoy haciendo esto a propósito?».

Si bien el juego se retomó y Federer tuvo una chance de quebrar a Cilic y recuperar un game, el croata se llevó el juego y dejó el marcador 4-1. Al volver al banco, otra vez se dirigió a Joseph. «Yo te he dejado hablar antes, ahora escúchame tú a mí», le dijo en francés.