Marta Rosado es una de las entrenadoras personales favoritas de las famosas españolas. Hasta su estudio de la calle Claudio Coello hemos visto desplazarse a Violeta Mangriñán, Marta López Álamo o Mar Torres (que hace poco dio un vuelco a su vida al explicar que en su corazón solo había hueco para Dios). Y es precisamente a esta última a la que hemos visto haciendo un ejercicio perfecto no solo para conseguir un vientre plano sino también para marcar la perseguida cintura de avispa.

Se trata de un soporte de fondos o abdominales, una estación de entrenamiento que permite trabajar la musculatura a través de tu propio peso. El ejercicio en concreto que Marta Rosado le propone a Mar Torres tiene que ver con mantenerse en el aire, apoyando los antebrazos en el soporte –suena peor de lo que es en realidad, luego te sorprenderás de cómo responde tu cuerpo- pero sí que mete un elemento que complica la acción: una pelota de pilates.

Mar Torres durante su sesión de entrenamiento con Marta Rosado
Mar Torres durante su sesión de entrenamiento con Marta Rosado

El ejercicio es súper completo. Por un lado está haciendo un gran trabajo abdominal que se ve intensificado por los giros de cadera (así conseguimos estrechar la cintura) pero por otro, además de la tensión que supone mantener la pelota despegada del suelo, trabaja la cara interna de las piernas, lo que ayuda a que estas tengan un aspecto bien torneado.

¿Pero quién es Marta Rosado y por qué gusta tanto?

Es una entrenadora que prepara sesiones personalizadas para sus clientes. No solo se adapta a las necesidades físicas de cada uno sino que también atiende las emocionales (si todavía no has empezado a entrenar y decides embarcarte en una de estas aventuras físicas, descubrirás que tu cuerpo no responde igual todos los días y que tu cabeza afecta a tu rendimiento).

Sus entrenamientos, además de exclusivos, son dinámicos, divertidos y muy amenos (cosa que se agradece). Y es frecuente ver cómo sufren los que allí acuden para hacer los ejercicios, porque es cañera, pero siempre acaban en sonrisas y con el sentimiento de superación a flor de piel.

Porque como ella misma dice: “No se trata de ningún entrenamiento milagroso, se trata de una disciplina en la que sufriremos los dos para cumplir el objetivo que compartimos: un cambio real en ti”.

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