Fue uno de los cambios de hábitos más notables de la pandemia. Al grito de ¡todo el mundo en forma! la comunidad fit de Instagram comenzó a compartir sus rutinas de entrenamiento, pusimos cara a los personal trainers de las famosas (como Crys Díaz, que nos enseñó que el vientre plano era más que un porcentaje de grasa) y nos marcamos algunos objetivos, por ejemplo, conseguir un vientre plano en tiempo récord.

Y en ese sentido, hemos escuchado a Miguel Camarena decir últimamente algo sobre esa meta que nos parece fundamental. ¿Quieres escucharlo?

El coach, uno de nuestros favoritos de Instagram por su cercanía y la facilidad con la que transmite los conceptos, ha respondido a una de las preguntas que más le hacen: ¿por qué no consigo tener el vientre plano?

Lo primero que Camarena –recordemos que ha sido atleta profesional y de alto rendimiento- quiere dejar claro es que, en su opinión: “es importante saber desde dónde se hacen las cosas”. El coach hace hincapié en que hay gente que se marca metas desde el odio hacia su cuerpo, rechazando su figura y poniéndose muy difícil a sí mismos ser felices y vivir el proceso de manera sana y equilibrada. Por tanto, la primera cosa que falla cuando intentamos alcanzar una meta es el punto de partida: trabaja en la consecución de tus objetivos porque te apetece, pero no lo hagas desde el rechazo a tu propio cuerpo. Ámalo.

Otro factor a tener en cuenta cuando tratamos de conseguir un vientre plano (y, en general, cualquier meta que suponga una pérdida de grasa) son los niveles de cortisol. Esta hormona se libera como respuesta al estrés y sus niveles pueden elevarse también por falta de sueño y descanso. Los niveles altos de cortisol dificultan en gran medida que eliminemos grasa con facilidad. Por tanto: descansa, respira y relaja.

En último lugar, pon ojo al déficit energético. Si estás buscando como objetivo un vientre plano (lo que requiere pérdida de grasa), necesitarás ingerir menos calorías de las que tu cuerpo consume en un día. Eso sí, consulta a un especialista. No se trata de pasar hambre; se puede comer –mucho más de lo que crees-, pero debes elegir bien los alimentos (y la forma de cocinarlos).

Y como dice Miguel Camarena (y a nosotras nos encanta, aunque a veces se nos dé fatal): “Ama el cuerpo que tienes mientras avanzas hacia el que quieres”. ¡A por todas, guerrera!

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